La Fundación Archivo Manuel de Falla, en convenio con el Ayuntamiento de Granada y Obra Social Fundación “la Caixa”, y la Delegación Territorial de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, promueven una original propuesta educativa que une, a través de la música, la colina de la Alhambra con el Albaicín y el Sacromonte (Tour privado por Albaicín y Sacromonte).
Con la colaboración de la Casa Museo Manuel de Falla, el Museo “Cuevas del Sacromonte” y el Gabinete Pedagógico de Bellas Artes, el pasado sábado 18 de mayo, Día Internacional de los Museos, se realizó la primera ruta con alumnos de la Asociación ALFA “Almanjáyar en familia”. Aunque la actividad se ofertará a los centros escolares de Granada a partir de octubre, el lema del Día de los «Museos (memoria + creatividad) = progreso social» ha marcado la participación de esta asociación granadina, que viene realizando una meritoria labor para erradicar las situaciones de vulnerabilidad y de exclusión social en la que se encuentran muchas personas del barrio de Almanjáyar. La vida breve de Manuel de Falla, obra ambientada en el Albaicín, servirá como lema de las rutas, con la música como principal protagonista. La ruta que se propone mostrará a los alumnos el patrimonio y las tradiciones de estos barrios emblemáticos de Granada que inspiraron -antes de conocerlos- esta obra de Manuel de Falla.
Aunque Granada era la ciudad elegida para desarrollar el tema de la gitanilla enamorada y engañada en la que se centra la acción, esta obra se estrenará finalmente en Niza en 1913 y en París en 1914, acontecimiento que supondrá el inicio de una proyección internacional imparable de Manuel de Falla.
El Archivo Manuel de Falla abrió sus puertas en 1991 y desde entonces ofrece a los investigadores algo que es bien conocido en el mundo de la música. Son muchos los que conocen, o al menos intuyen, la valiosa colección de partituras, cartas, programas de concierto, fotografías, recortes de prensa o libros y documentos personales del compositor, entre otras cosas, que allí pueden encontrarse. Impresionan, y son sólo ejemplos, la colección de correspondencia, con más de 23.000 documentos, o las partituras y manuscritos. Sin embargo, es menos conocida una iniciativa, también relacionada con el mundo de la educación, pero que se desarrolla en un ámbito bien distinto del de un callado estudio en la mesa de los manuscritos, porque partimos de la base de que la música no está encerrada en los libros: la música está en todas partes. Desde su inauguración en Granada, el Archivo pensó en diversas formas de estrechar las relaciones entre un centro de estudios, que puede parecer una institución fría o cerrada a la mayoría de los ciudadanos, y su entorno social. Esta inquietud fraguó pocos años más tarde, entre otros proyectos, en uno que ha dado excelentes resultados desde su puesta en marcha y que está dirigido a los niños y jóvenes de colegios e institutos de la provincia de Granada, el Taller de Arte.
A esta iniciativa se han sumado con gran fuerza estas prometedoras rutas de patrimonio. Manuel de Falla escribió en 1925: “Yo creo en una bella utilidad de la música desde un punto de vista social. Hay que hacerla no de manera egoísta, para si mismo, sino para los demás. Sí, trabajar para el público sin hacerle concesiones: he aquí el problema. Esto es en mí una preocupación constante”. Animado por esa inquietud social de Falla, así como por su perfeccionismo y su amor por las cosas bien hechas, el Archivo impulsó esta línea de actividades. La especial atención a su utilidad social, lejos de suponer una distracción del cometido primordialmente musical del Archivo, se convierte en una excelente ayuda a la difusión de las partituras. Puede cambiar el contenido del taller, o la obra a la que está dedicado, pero siempre hay un leitmotiv que es la interrelación de las artes, porque en el fondo de esta actividad, como en el de muchos proyectos educativos, está la inquietud por abrir vías de contacto con un mundo diferente.