Al cruzar la Medina caminando la colina de la Sabika hacia los Palacios Nazaríes, o subiendo a la almunia del Generalife, el visitante de la Alhambra se encuentra con un paraíso de jardines, albercas y flores junto a un edificio cristiano, entre las ruinas de lo que fue una ciudad musulmana. Se trata del actual Parador de San Francisco, ubicado en lo que fue un convento, construido por Reyes Católicos en 1494 sobre un palacio nazarí, el palacio de los infantes, levantado durante el reinado de Muhammad II ente 1303 y 1309.
En la medina alhambreña vivían nobles, cortesanos, además de artesanos y trabajadores de la familia real nazarí. Este antiguo palacio perteneció precisamente a algún noble o príncipe nazarí cuyo nombre se desconoce y ocupaba la zona este de la medina de la Alhambra, al final de la Calle Real, atravesado por la acequia real, que desde los albercones del Generalife abastecía a toda la ciudad palaciega.
Tras la conquista de Granada, el palacio nazarí de los Infantes fue cedido por los Reyes Católicos para la fundación del primer convento de Granada (Qué ver en Granada) y en él se celebró la primera misa el 6 de enero de 1492. En sus remodelaciones para tal efecto, una sala principal o qubba que se situaba en la zona central de la crujía norte, fue convertida en capilla. Fue en esa misma capilla donde instalaron temporalmente las sepulturas de los Reyes Católicos hasta 1521. El mirador que se aprecia en la actualidad estuvo tapiado cuando sirvió de altar y desde él se domina el Generalife y los jardines de alrededor. Esta sala cuadrada disponía de alhanías o alcobas en sus extremos, cubiertas por techos de casetones renacentistas del siglo XVI.
Abandonado el monasterio en 1835 por los franciscanos, fue utilizado durante el siglo XIX como cuartel. Bajo la dirección del arquitecto Leopoldo Torres Balbás se rescató de la ruina casi total entre 1927 y 1936, reconvirtiendo el edificio en residencia de pintores. Francisco Prieto-Moreno Pardo, como jefe arquitecto y conservador de la Alhambra realizó excavaciones arqueológicas aflorando entre sus restos el ḥammán o baño árabe del palacio musulmán, edificando la zona que se usa hoy como parador.
Pese a que actualmente es un establecimiento hostelero, su condición de Parador Nacional, permite la conservación de este edificio con tanta carga histórica a su espalda. Sin duda merece la pena una parada durante el recorrido de su visita al conjunto monumental de la Alhambra y el Generalife.
Información e imágenes: Legado Nazarí