La Real Chancillería de Granada en el centro histórico de Granada es un majestuoso edificio que se alza imponente en una de las plazas centrales de Granada, en Plaza Nueva y una de las paradas indispensables en cualquier ruta por la Granada misteriosa. Actualmente, es sede del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, así como de la Fiscalía Superior de la Comunidad, continuando con las funciones de administrar Justicia, siglos después de su edificación. Fue construida por mandato de Carlos V, aunque sus obras finalizaron bajo el reinado de su hijo Felipe II.
El edificio se construyó para cumplir con el legado de los Reyes Católicos, quienes, tras conquistar Granada , trasladaron la Chancillería de Ciudad Real a Granada en 1505. La Real Chancillería de Granada fue un alto tribunal para la administración de justicia y fue el primer edificio para albergar un tribunal de justicia que se construyó en España. Su jurisdicción abarcaba Andalucía, Castilla la Nueva, Extremadura, Canarias y Murcia.
Su uso como prisión y como lugar donde se ejecutaban las sentencias de los condenados a muerte ha envuelto a este bello edificio de un halo de misterio que le acompaña hasta nuestros días. Cuentan que fantasmas, espíritus, ánimas de condenados se pasean por los últimos pasillos que recorrieron en vida, buscando la justicia que no encontraron cuando aun pisaban esta Tierra.
Pero también sus verdugos se pasean por las estancias, con sed de seguir impartiendo Justicia, aún desde el otro lado… Y es que hasta el s. XIX, la Real Chancillería de Granada fue una de las únicas 5 sedes judiciales que disponían de un verdugo, una siniestra figura que continuó siendo uno más de los trabajadores de este palacio de Justicia hasta mediados del s.XX.
El más famoso de todos cuantos pasaron por sus salas y patios fue el ejecutor Lorenzo Gonzalez Álvarez, conocido como “El Maestro Lorenzo”, que vestido siempre con capa negra y sombrero de ala ancha, se hizo famoso en toda la ciudad a finales del s.XIX. Cuentan que siempre llevaba en el bolsillo el garrote con el que fue ejecutada Mariana Pineda en 1777. Son muchos los trabajadores del edificio que han reconocido haber visto a un hombre que camina hacia pasillos sin salida, o habitaciones cerradas, ataviado con capa y sombrero, y que desaparece como si se lo tragase la tierra.
Para conocer al maestro Lorenzo, o a algunas de las ánimas que atormentadas, se resisten abandonar su última morada en la ciudad de Granada, basta con dar un paseo en una ruta por la Granada Misteriosa, que no dejará a nadie indiferente. Un agradable paseo que ayudará sin duda a mitigar el calor de las noches de estío.