Catalina de Aragón fue la hija menor de los Reyes Católicos. No nació en Granada (Qué ver en Granada), pero sí vivió aquí. Sus padres, como todos los monarcas de la época, estaban enzarzados en guerras territoriales. Esto llevó a Catalina a trasladarse a nuestra ciudad siendo pequeña. Debido al traslado Catalina, esta pudo ser testigo de la Reconquista de Granada. Cuando este hecho, probablemente uno de los más significativos del reinado de los Reyes Católicos, sucedió, Catalina tenía solo 6 años. Para que hubiera una representación de la Corona en Granada, estuvo viviendo en la Alhambra hasta los 15 años.
A los 15 años se marchó a Inglaterra, con la intención de contribuir políticamente con un matrimonio de interés con el Rey Arturo Tudor. Inglaterra y España pretendían crear una alianza contra Francia con este matrimonio. Sin embargo el Rey Arturo murió de tuberculosis al poco de casarse.
Tras el fracaso de la alianza política y para ser reina de nuevo, tuvo que esperar siete años hasta que el hermano menor de su esposo, el príncipe Enrique VIII cumplió la mayoría de edad para casarse. Además Catalina se vio obligada a certificar que no había consumado su matrimonio con Arturo, para conseguir el permiso del Papa Julio II y poder volver a casarse.
Durante los siete años de espera al matrimonio con Enrique VIII, Catalina no podía volver a España, pues su estabilidad económica dependía de la corte inglesa y su padre probablemente no iba a asumir ese fracaso. En esos años Catalina tomó el papel de embajadora de España, lo cual no fue fácil. Enrique VIII no la trataba bien: aún se conservan algunas de las cartas en las que ella se queja de esto a su padre. Pero era una reina de carácter, plantó cara a Enrique VIII y a sus consejeros. Se mantuvo firme y poco manipulable, a pesar de ser la primera mujer embajadora en la historia de Europa.
Catalina fue una reina que dejó huella en los ingleses, quienes empezaron a mostrar simpatía cuando Enrique VIII se quiso separar de la Iglesia Católica y así concluir su matrimonio. Mientras, Catalina se posicionó del lado de la Iglesia Católica. Con el tiempo, su dedicación al catolicismo y a su educación convirtieron a esta reina en una influencia para el pueblo inglés. A día de hoy, en Inglaterra es una reina muy querida y en otoño los ingleses le dejan granadas en su tumba cuando la visitan.
Las granadas en la vida de Catalina de Aragón
Por influencia de Catalina de Aragón, Enrique VIII tenía una granada en su escudo, pero ¿de dónde viene esta granada?
Tenemos información de que desde su infancia, Catalina solía llevar un broche con una granada cuando era joven. Fue después de su matrimonio con Enrique, cuando apareció esa granada en su escudo. Teniendo en cuenta todo ello, podemos ver cómo de importante fue su estancia aquí en Granada y el cariño que le tuvo. De hecho, en algunos de los castillos ingleses donde estuvo con Enrique VIII podemos encontrar este símbolo.
Fuentes: Wikipedia, Ideal, Granada hoy.